Flash: Semana XXV
¿Hubo días libres hace poco? Siento que se me pasaron volando, para variar. Insisto que la semana debería tener siempre 4 días laborales y 3 de descanso. Basta de trabajar tanto. Como sea, la vida ha estado entretenida.
La semana pasada me bajé del metro y cuando iba caminando por el Teatro Municipal me topé con este ensayo. Por el tono de las melodías, supongo que era algún coro de Semana Santa. Muy bonito y lleno de gente mirándolo.
Anuncio de la Tienda Nacional de calle Merced. Me encanta esta tipografía y me recuerda a las micros antiguas.
Exposición de caricaturas de Coré en la Galería Plop. Panorama lindo y gratis.
¡Brillo labial de gatito! Muy original el nombre de la marca, «Too cool for school». Lo modifico a «Too cool for job»
Cabritas compradas en la feria de la casa de mi mamá. Yo no les digo pop corn porque lo encuentro tan fuera de lugar… Me costaron $200 y venían muchas.
Terminé «Persépolis», una novela de cómic que cuenta la historia de una niña iraní a la que le toca vivir en tiempos de guerra y represión. Lo conseguí gracias al alto auspicio de la Biblioteca de Santiago y aprovecho de recomendarlo.
Mensaje alegre, positivo y muy aplicable de una tienda del barrio Lastarria.
El blog de Ale recargada 
Que lindo todo. Mis favoritos: el brillo de gatito obvio y Persépolis. Me gustó una vez que la vi como animación en el cable.
Yo también vi la película de Persépolis hace como dos años y me gustó. El libro estaba solo en el estante y me lo llevé para repasar la historia, es mucho mejor leer el cómic.
Si lo encuentro en la biblioteca de acá, lo pido. Además aparece en el libro de 1001 comics que leer antes de morir…
Ay, sí, ese libro también lo quiero revisar!
Y quién le dice pop corn a las cabritas además de en las películas? A lo más mis hijos les decían palomitas. Cuando fui a Argentina una vez me dijeron que allá se llaman «pochoclos», jamás lo había escuchado.
🙂 estoy sonriendo 🙂
Saludos!
Yo he escuchado a gente decirles pop corn acá en Chile. Y me dan ganas de vomitar. Sí, allá les dicen pochoclos y me da mucha risa también.
La cabritas de la feria son lo máximo, y esas que venden en el cine son una estafa, no se si seré yo y mi mala suerte, pero cada vez que he comprado en el cine, han sido tan insípidas. Mis favoritas eso sí, son las caramelizadas (1,2,3 chancheo máximo), pero hace como mil siglos que no como.
Y que lindo el brillo y el cartel positivo, me recordó a ese mítico spot de fines de los 90.
Veo que eres igual de adicta que yo a la hermosa Biblioteca de Santiago.
Saludos!!
Nunca he comprado cabritas en el cine y lo digo con orgullo. Esa imposición que te hacen de ver las películas comiendo cuando lo mejor es verlas callada y concentrada. Síiiii, voy mucho a la biblioteca y siempre pido otra cosa, entonces me veo obligada a regresar. Ayer fui a devolver Persépolis y por primera vez no pedí nada más, es que tengo como 10 libros pendientes en mi casa…