Cosas en que gasto la plata #101

Ya lo saben, me compré una bicicleta hace poco, el único gasto grande en medio de mi plan de ahorro. Hace tiempo que quería una, llevaba meses pensando que podría ser buena idea irme al trabajo pedaleando y evitarme –al menos algunos días de la semana- los apretujes del metro, el calor y el mal humor generalizado.

Mi mamá me acompañó a cotizar luego de animarme con palabras llenas de optimismo: “Si vas sola, te van a hacer tonta”. Igual tenía algo de razón, porque como no me manejo en el tema no habría sabido en qué detalles fijarme.

Lo único que tenía claro es que no quería una bicicleta de paseo porque pesan mucho y tampoco me tincaba el cliché de la niña con vestido rodeada de flores recién compradas en el canastillo. La mía es mountain-bike aunque no pretendo subir cerros, sólo andar por la ciudad y los parques.

Foto tomada en el balcón, perdón por el desorden.

¡Esta es mi bicicleta! Tengo que darle un visto bueno a Bianchi porque tiene modelos de mujer que no son sólo rosados ni lilas. Y no es que no me gusten esos colores en otros contextos, pero estaba buscando algo distinto. La mezcla de blanco con celeste me encantó desde que la vi.

Estoy recién partiendo, pero ya hay 5 cosas de que las me he dado cuenta y quería compartirlas:

1.- Santiago está edificado en subida. Maldita sea, en las mañanas de poniente a oriente el pedaleo se hace mucho más pesado que en el camino de regreso. La diferencia se empieza a notar desde Manuel Montt hacia arriba.

2.- La gente no respeta. En la única parte donde me toca usar semáforos es en la ciclovía de calle Rosas y si no vienen autos las personas llegan y cruzan, les da lo mismo que pasen bicicletas y tengo que estar yo fijándome incluso cuando el semáforo está a mi favor. Espérense no más cuando me compré mi campanita, haré sonar el ring, ring sin parar.

3.- Me compré un desodorante extra para tener guardado en la oficina, se imaginarán por qué. También llevo ropa para cambiarme.

4.- Hay mucha gente en bicicleta. No sé si el crecimiento será proporcionalmente igual a la compra de autos, espero que sí. La ciudad no crece y esta es la mejor opción para que no vivamos llenos de tacos todo el tiempo.

5.- Estoy entera moreteada, pero con más energía que antes. Ya lo dice Elle Woods en “Legally blonde”: “La gente que hace deporte libera endorfinas y eso nos hace sentir más felices”.

Parte de mi ruta por el Parque Uruguay. ¿Cómo no alegrarse con este paisaje? (La foto es del viernes y por eso se ve tan nublado)

Esta sección se llama “Cosas en que invierto la plata”. Y no, no se trata del dividendo, las cuentas básicas, el cable y el supermercado. Esos son los pagos obligatorios, pero lo que a mí me hace realmente feliz es poder comprar cosas pequeñas y bonitas que alegran la vida (aunque muchas veces no sé si son tan útiles). Acá hay mucho de Ebay (mi perdición), pero también de tiendas chilenas y lo que más me gusta, emprendedores locales que venden por internet y son secas.