Cosas en que gasto la plata #134

Las cosas que tengo para mostrar esta semana son nuevos stickers, una caja de lengüitas de gato y la comida de restaurantes peruanos.

1.- En los últimos años valoro cada vez más la comida, probar un plato nuevo y invertir en eso, saborearlo con calma y sentirme feliz, mejor aún si puedo compartirlo. Me gusta salir a comer y lo bueno es que hay todo rango de precios, desde las picadas con platos enormes en el mercado Tirso de Molina o el persa Bio Bio, hasta los platos de precios medios y luego los restaurantes careros que cobran mucho por una cantidad penosa de comida. A esos últimos no voy, no estoy ni ahí con gastar plata y quedar con hambre.

Aparte de la comida china en mi local amigo, mi inversión favorita son los restaurantes peruanos, de ahí nunca salgo defraudada. Lo último que probé en «Los tesoros del inca» de calle Morandé fue este risotto de mariscos que estuvo ideal, porque justo lo comí una noche en que hacía frío y esa mezcla de arroz caliente con queso me calentó el cuerpo en cinco segundos. Estaba tan bueno que memoricé su sabor en mi mente y estoy segura de que volveré por él, se pasó. La comida bien preparada alegra el alma.

A lo mejor su aspecto no es el más tentador del mundo, pero apenas uno lo probaba se sentía como en «Ratatouille».

2.- En un nuevo capítulo de mi debilidad por las cosas de papelería, compré stickers nuevos. Me da un poco de pudor decirles así porque yo me crié llamándolos autoadhesivos, pero poca gente usa esa palabra ahora. Recuerdo exactamente el día en que comenzó mi amor por ellos: tenía como 5 o 6 años y me llevaron a una feria una tarde de domingo. Mis ojos brillaron cuando vi una hoja de papelitos de Frutillita, que estaba de moda en ese entonces. Me los compraron y los pegué todos en mis cuadernos del colegio, desde ahí que no paré.

Estos últimos se los compré a la dueña del blog Michito the Happiness, que además es ilustradora y hace cosas hermosas con sus lápices. Me gustaron porque son un compendio de mis cosas favoritas y lo más probable es que los use en mis libretas o cuadernos, tal como vengo haciendo desde hace tanto tiempo.

3.- Ando obsesionada con las lengüitas de gato y estas llaman la atención desde que uno ve el diseño de la caja. Me gustaron además porque tienen dos versiones, con y sin azúcar. Las encontré en una confitería de Santiago Centro, pero imagino que deben estar en varias partes más.

Obvio que guardé esta parte de la caja porque no tengo corazón para botar a la basura a estos gatitos tan lindos.