Además de libros, me encanta leer el diario y las revistas, muchos traen reportajes que me dan ganas de recortar y guardar por siempre, conectan con algo que justo ando pensando en esos días, me sorprenden o me enseñan cosas nuevas.
Y hay cosas que quiero compartir. Hace unos días leí un reportaje hermoso en La Tercera, se llama «Las manos de Sara, el cerebro de David» y cuenta la historia de David, un discapacitado que siempre quiso ser físico, pero no tenía la motricidad para ir a clases, tomar apuntes y responder pruebas escritas. Ahí entra la mamá, que cursó toda la carrera con él y fue sus manos, mientras él repasaba todo en su cabeza.
Dejo este párrafo con respeto por las personas que me dicen que no les gusta el invierno, porque tampoco pienso que estemos divididos en bandos ni esto significa que la gente que odia esta estación es infeliz en la vida en general. Es sólo que la visión de este niño llegó a mi corazón y expresó en palabras lo que yo intuía:
«Ser feliz es una decisión, no algo que pase a veces. Ser feliz es aprender a navegar por las estrellas. La gente comúnmente busca el día, el sol, y se desespera en la oscuridad. Pero la persona realmente feliz mira las estrellas y sigue caminando. La felicidad no es una emoción, es un estado de conciencia. Es liberarte de todo. Te da lo mismo la lluvia, la noche, el invierno. Yo soy feliz porque decidí serlo. Aprendí a navegar en la noche, entre las estrellas».
Y acá, otra frase para enmarcar:
«Gracias al pasto, a las plantas, por darme descanso cuando estoy agotado. A los animales por alegrarme mi día a día. Gracias a la tierra por enseñarme que después de una caída sólo queda aprender y levantarse. Al agua, por enseñarme a fluir, a amoldarme, para expresarme sin miedo. Al aire, a los vientos, por enseñarme que grandes cambios son originados por acciones pequeñas, imperceptibles pero constantes. Al fuego, por enseñarme que nada es más poderoso que la voluntad. Y como dice un extracto del poema ‘Invictus’ atribuido a William Ernest Henley: ‘Doy gracias a los dioses cuales fueren por mi alma inconquistable’”.
Si alguien quiere leer la nota completa, dejo el link AQUÍ
Que lindo.
Que lindo encontrarse con esto acá, o en el diario, o donde sea.
Cierto, pensé lo mismo cuando lo leí por primera vez.
Precioso e inspirador, admiro tu sensibilidad y gracias por compartir esto, nunca está demás una pincelada de motivación fuera de las frases hechas típicas que ya no nos dicen nada.
Ay y sí, que la gente deje de quejarse del clima por favor, sé que están en su derecho pero está en nuestras manos tomar medidas para protegernos de la temperatura pues. Al menos todas las personas que conozco que puro reclaman tienen techo, frazadas, ropa de invierno, comida y lo más probable que calefacción. Supérenlo.
Eso pensaba, hay tanta frase hecha pero esto se siente verdadero y honesto.
De partida la queja repetitiva aburre y bueno, «come y abrígate» es un consejo que aplica mucho para estos casos. Porque es tal como tú dices, los más quejones tienen casa y techo. Y en último caso, quejarse no te va a quitar el frío, no sirve de nada!
Precioso. Me conmovieron sus palabras. Es tan fácil olvidar que la felicidad depende de uno, que es una elección, no del clima, otras personas o cualquier situación externa.
Tal cual, olvidamos muchas veces que las reacciones son decisión nuestra, sólo nuestra.
Leí el comienzo de la nota, pero no me dio para leerla completa (exceso de sensibilidad por estos días, y cierto grado de identificación). Heavy puh, heavy el vínculo maravilloso que creó con su madre, heavy cómo ella se entregó por su hijo, heavy la fuerza de voluntad de él. Cuando un alma es «inconquistable», efectivamente se las arregla como sea para ir sorteando los obstáculos, con tal de perseguir lo que su corazón anhela. Increíble él ❤
Y lo de que ser feliz es una decisión, 100% de acuerdo: es una decisión consciente, que tienes que tomar todos los días. No basta con decirlo o declararlo una vez para que se cumpla: todos los días son distintos, y siempre va a haber algunos en los que mantener esa decisión va a costar más que la cresta. Pero se puede.
Nah puh, estás definitivamente "pachamámica" tú oye, tunta astúpida que te quiero!!!
Pucha, pero guárdala para más adelante porque está bonita e inspiradora.
Cuando uno quiere, puede, en todo orden de cosas.
Es que como cada día es distinto, cada día tenemos que enfrentarnos a situaciones y cosas distintas, algunas son más fáciles, otras menos.
Prrrr, yo también te quiero!
Muy feeling. gracias por compartirlo. A veces es necesario leer estas palabras para empezar bien el día. ❤
Exacto, leer esto cambia la perspectiva.
Es tan verdad eso de elegir ser feliz. Tan verdad.
🙂
Y yo justo que acá en la pega estoy rodeada de gente que se queja POR PURAS HUEVADAS. En serio. Me tienen chata. Voy a imprimir tu post y se los enviaré como anónimo jajaja
Mala onda por esa gente, pero toda muy buena onda para ti. Oye, no es mala idea lo del anónimo, como terapia de shock para que se callen un rato.
Gracias por compartir el artículo.
De nada 🙂
Es tan cierto que eso de la felicidad es que deje de importarte las cosas sin sentido. Yo lo relaciono a no cuestionarme tanto las cosas. Antes era muy pasarrollos, o sea, aún lo soy, pero ahora me doy cuenta cuando se me empieza a ir de las manos.
Yo creo que de verdad la gente reclamona (pertenecí a ese bando, por muuuchos años y tal vez aún quedan vestigios en mí) es porque hay algo que se niegan a aceptar y de ahí, despotrican contra lo que no se puede cambiar: el clima, el pensar de los otros, etc.
Esta semana, también me hizo mucho sentido la columna de la psicóloga que escribe en la Revista Ya (la Paula Serrano) que decía que para intentar ser feliz, primero, había que intentar valorar los momentos alegres que encontramos en el día a día. Para mi, eso solo te lo entrega la paz.
Lindo artículo Ale.
Cariños!!!
Tienes toda la razón, dejar de darle vuelta a las cosas también es una forma de felicidad.
Y sí, alegar tanto refleja otras cosas también, de la personalidad o las falencias quizás
Tu último párrafo es muy cierto también, me gustó.
Cariños!
Qué lindooooooo. A mi la oscuridad y el invierno me desesperan, es cierto, soy de ese grupo, pero me hace inmensamente feliz llegar a mi hogar y allí mis niños, mi familia, la Oli, la Eva y mi camita le devuelven la primavera y el calorcito a mi corazón en el acto.
Por supuesto que uno lo decide, los budistas dicen que la felicidad verdadera radica en hacer felices a los demás. Yo lo entiendo como practicar la empatía, la generosidad, el buen trato, etc porque de esa forma el alma se libera de egoísmos y como consecuencia viene esa liberación de la que habla David, eso me hace mucho sentido.
Me encantó y me emocionó mucho el artículo, gracias por compartirlo, es un verdadero regalo.
Síiiii, te entiendo, es tan rico llegar a la casa en estos meses, acostarse y estar todos cerca. Mis gatos odian el invierno, especialmente odian cuando hay mucha lluvia o frío y no pueden salir a jugar al patio, intentan asomarse por la ventana y se devuelven con un maullido que es distinto al que hacen normalmente, es de odio contra el mundo! Me da tanta risa verlos.
Igual estoy de acuerdo con eso de los budistas y me ha pasado mucho últimamente, hago algo por los demás y es doble alegría, la de ellos y la mía.
Gracias a ti por compartir conocimiento 🙂
Ayy que inspirador! Lo había leído y me conmovió profundamente