Reseña de un libro interesante de arte

Leer este libro y aprender un poco más sobre arte era una de mis resoluciones del Año Nuevo 2014, así que estoy feliz de decir que sí lo cumplí 🙂

Preparé una reseña de “¿Qué estás mirando? 150 años de arte moderno” porque siento que descubrí un montón de cosas que a lo mejor mucha gente sabe, pero de las que yo no tenía idea:

1.- Me gustó mucho leer sobre Van Gogh y lo que pensaba de sus pinturas. Lo que él quería era poner en sus cuadros verdades profundas de la condición humana y para eso pintaba no lo que él veía, sino cómo se sentía acerca de lo que veía. Distorsionaba las imágenes para transmitir las emociones y leyendo esto, se entiende mucho más un cuadro como “La noche estrellada”. Interpreto los remolinos como algo feliz.

Azul y amarillo, qué mezcla más bonita.

Además, Van Gogh fue protagonista del mayor “escándalo de la semana” en la historia del arte. Fue con Gauguin, otro pintor famoso. En un principio ambos eran muy amigos, retrataban los mismos paisajes y se asombraban del punto de vista del otro, intercambiaban comentarios… pura paz y amor. Eso hasta que se pelearon y Van Gogh terminó con su oreja cortada, no se sabe a ciencia cierta si es algo que se hizo él mismo o lo atacó su ex – amigo.

2.- De Monet, me gustó saber que la mayoría de los paisajes que pintó son réplicas casi exactas de un lugar que todavía existe y se llama Giverny, en Francia. Allí pasó los últimos días de su vida, supongo que muy tranquilo entre tantas flores y plantas de colores.

Pinturas de Monet.

El lugar original.

3.- Otra cosa que me encantó del libro fue intentar aclarar debates eternos, cómo ese de si puede ser llamado arte un cuadrado negro sobre un fondo blanco.

¡Pero si hasta un niño puede hacer esto!

¿Pero acaso no se trata de haber tenido la idea primero? El autor concluye que en cierto modo sí, en el arte el pensamiento original es lo importante. No hay valor intelectual en el plagio, pero sí en la autenticidad.

4.- No sabía lo influyente que fue la escuela alemana Bauhaus como creadora de una estética simple que vemos hasta el día de hoy en cosas como el Volkswagen “escarabajo”, las lámparas Anglepoise, las primeras cubiertas de libros Penguin, las faldas tubo de los años ’60, los espacios blancos del MOMA y el diseño de fondos del mismo color de la era espacial.

Diseños Bauhaus.

Me encantan estas portadas de los libros Penguin.

De todas las obras estilo Bauhaus la historia que más me gustó fue la de la silla Wassily. Es mundialmente conocida porque existe en casi cualquier oficina, yo me he sentado miles de veces en alguna sin tener idea quién la inventó. La creó Marcel Beuer en 1925, haciendo un trabajo para el taller de mobiliario de la escuela. Se le ocurrió usar la barra de acero de las bicicletas como soporte para una silla y complementó con tiras de lona para formar el asiento, los brazos y el respaldo. Una de las primeras personas que alabó el trabajo fue su profesor Wassily Kandinsky, por eso bautizó la silla con ese nombre.

¡Esta es la famosa silla!

5.- Lo último es este cuadro. Se llama “Nighthawks” (traducido como “Halcones en la noche” o “Noctámbulos”) y lo pintó el estadounidense Edward Hopper en 1942. Nunca lo había visto y desde que lo descubrí no paro de sorprenderme. No sé si es la soledad, la iluminación o qué, pero se traspasa el desgano crónico que parecen tener los protagonistas. Se supone que es de noche (madrugada más bien) y están en uno de esos bares que funcionan las 24 horas, pero aunque hay una pareja al fondo,  cada uno parece estar metido en sus propios problemas, no hablan ni se comunican. Tampoco hay mayor información sobre el hombre que se ve de espaldas, pero la postura que tiene hace pensar que no lo está pasando muy bien en su vida. No sé, no recuerdo que me haya pasado antes eso de que un cuadro evoque tantos sentimientos, en lo que más pienso es en que hay veces en que podemos estar rodeados de gente, pero en el fondo nos sentimos muy solos. Creo que es mi nuevo favorito.